Diversidad y género en la escuela: cómo enseñar

Diversidad de expresiones se escuchan; Los nenes con los nenes, las nenas con las nenas. Rosa y celeste. Muñecas y cocinitas para ellas, pelotas y autitos para ellos. Prohibido que el nene juegue con la muñeca o que la nena patee la pelota. Mariquita y marimacho. Mamá cocina, papá trabaja. Ya vas a ver cuando venga tu padre. Preguntale a mamá. Escuelas para ellas, donde juegan al hockey o a la pelota al cesto (hoy cestoball) y escuelas para ellos, con fútbol y rugby. Las cosas como deben ser.

Con estas consignas, casi dogmas, se educaron y desarrollaron desde el comienzo de nuestra historia generaciones y generaciones en el mundo, en general, hasta que la cosa empezó a cambiar, lentamente, unas décadas atrás, aunque no para todos. Aún hoy, como puede comprobarse casi a diario, sobreviven restos de aquella educación unívoca que se niega al cambio aunque lo proclame. Incluso cuando se trata de preservar la salud, como en la prevención de enfermedades de transmisión sexual con el uso del preservativo o con la posibilidad de interrumpir voluntariamente un embarazo de manera legal, segura y gratuita.

Es el tema sexual, justamente, el que más resistencia genera. Pero no es el único. O, en todo caso, lo es un sentido amplio, transversal, por donde transitan otros fenómenos. Género, discriminación, violencia, feminismo, abuso, cuerpo, afectividad, familias. En Diversidad y género en la escuela (Editorial Paidós), de reciente publicación, la comunicadora, escritora, investigadora y docente universitaria Gabriela Larralde pasa revista a 150 libros y recursos TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) para abordar la Educación Sexual Integral (ESI). Fueron las leyes de ampliación de derechos de la década anterior y comienzos de esta las que, más allá de cómo se están implementando actualmente, le ponen el marco a este salto de calidad en la materia.

Si bien el libro está orientado a los docentes, para ayudarlos a decidir qué temas tratar con sus alumnos y de qué manera hacerlo, también funciona muy bien como una guía para padres. La mayoría de las obras que Larralde enumera y reseña no se ocupan de cuestiones pedagógicas o didácticas. Se trata de libros de literatura infantil que abordan la temática de manera muy diversa y amplia, en los que no necesariamente hay un objetivo declarado de dejar un mensaje o enseñanza o moraleja, como en los más tradicionales, aunque en gran medida sí lo hacen y por eso se convierten en recurso para que docentes y padres encaren con los y las estudiantes temas que generan temores, misterios y, en algunos casos, controversias injustificadas.

Los cinco grandes capítulos que contienen el corazón del libro son la representación de temáticas bien diferenciadas. En “Respeto por la diversidad” la autora aborda temas como estereotipos de género, identidades de género y orientaciones sexuales, identidades trans. En “Género y feminismos” los temas son estereotipos de lo femenino, maternidades, patrones hegemónicos de belleza, violencia de género, el papel de la mujer en la historia. “Familias y crianzas” encara asuntos como conformaciones familiares y prácticas de crianza, familia tipo (“ninguna”), familias homoparentales, vínculos con hermanos, familia y dictadura. Los sentimientos, los primeros amores, los amigos, la muerte son abordados en “Valoración por la afectividad”. Y en “El cuidado del cuerpo” se habla de cuerpo y deseo, menarquía, embarazo adolescente, aborto, abuso sexual infantil, enfermedades de transmisión sexual.

Los libros  existen y el trabajo de seleccionarlos y reseñarlos está hecho. Sin embargo, falta algo. “Si bien los libros citados –concluye Larralde– buscan romper con ciertos tabúes y, de esa manera, ampliar el modo en que se retrata a las infancias, existe una enorme dificultad para encontrar estos títulos en las librerías de todo el país y más aun para que lleguen a las escuelas. La transexualidad, la intersexualidad, la transgeneridad, la prostitución, la trata, la muerte, las familias homoparentales, el abuso sexual infantil son ejemplos de ellos.

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