Atención a la diversidad: un desafío en la formación del psicopedagogo

Las características más relevantes que presenta la sociedad del siglo XXI son la multiculturalidad y la diversidad. Nuestra sociedad formada por personas diversas que tienen que convivir y trabajar conjuntamente en un mundo en continuo cambio y evolución, exige un alto grado de coordinación y convivencia. Esta realidad sociocultural plantea situaciones en las que la diversidad y su necesaria inclusión, se vuelven factores clave para la convivencia y la cohesión social.

Como respuesta a estas situaciones, desde las instituciones educativas se intenta abordar y potenciar la inclusión a través de la correcta atención a la diversidad, procurando una educación que ayude a todos los alumnos a poder desarrollar sus capacidades, actitudes e intereses al más alto nivel, posibilitando una educación innovadora que potencie las competencias necesarias que deberán adquirir los alumnos del siglo XXI.

Por tanto, se hace necesario plantear una educación inclusiva desde sus comienzos, una escuela para todos, como ya se subrayaba en la Conferencia Mundial sobre necesidades especiales realizada en Salamanca, en 1994. Expertos e investigadores han ido definiendo a lo largo del tiempo el concepto de escuela para todos, la educación inclusiva, y sus diferentes formas de actuación (Stainback y Stainback,  1996; Armstrong y Barton, 2000;  Booth et al. 2000; 2002 y 2011-con la eficaz herramienta inclusiva “Index for inclusión” aplicada en multitud de centros educativos-; Coll, & Onrubia, 2002; Ainscow 2001, 2003;  Escudero y Martínez, 2013).

Todos estos planteamientos surgen como una exigencia de padres, alumnos, profesores y centros educativos, ante factores determinantes como son el fracaso escolar, hábitos de estudio inadecuados, familias descontentas, absentismo, alumnos con necesidades específicas no atendidos correctamente, metodologías faltas de interés para el alumno. De esta forma la psicopedagogía da respuesta a estas exigencias, ayudando al docente en el desarrollo de nuevas metodologías inclusivas dentro del aula, como el aprendizaje cooperativo, propuestas inclusivas como planes de acción a alumnos que necesiten de unas medidas concretas, la resolución de conflictos de forma inclusiva dentro y fuera de aula proponiendo planes de convivencia específicos.

Un punto fundamental en este planteamiento inclusivo, es la coordinación interdepartamental en los centros, entre departamento de orientación (orientador, psicopedagogo, profesional de la pedagogía terapéutica, de audición, de lenguaje, etc.) y los equipos docentes, que generan de forma organizada, planes de actuación inclusiva con alumnos con necesidades y planificaciones concretas sobre las medidas ordinarias y/o extraordinarias que se deberán incluir en el plan de atención a la diversidad del centro, donde se incorporarán tanto las evaluaciones psicopedagógicas como las diversas situaciones de apoyo al docente y la coordinación externa al centro. Acciones inclusivas que atenderán a todo el alumnado, desde alumnos con alta capacidad, alumnos con necesidades específicas de aprendizaje o con necesidades especiales hasta la atención de la multiculturalidad educativa existente.

Estas acciones dirigidas a plantear una educación que pueda atender a todos, es el verdadero anclaje para resolver, entre psicopedagogos y profesores, los retos educativos actuales en los centros.

El psicopedagogo debe de adquirir esta mirada inclusiva, a través de la formación con el fin de poder realizar una verdadera atención a la diversidad del alumnado, proponiendo acciones y planes de atención ajustados a la diversidad real de los centros.

En conclusión, se puede decir que la gran labor del psicopedagogo es la de procurar la inclusión educativa a todos los alumnos, analizando las diferentes formas de exclusión, las posibles barreras existentes en el centro, con el fin de que todos los alumnos puedan participar y tener “voz” real en el aula, y así elaborar un plan de atención a la diversidad que sea verdaderamente inclusivo. Es necesario que el psicopedagogo plantee nuevas acciones inclusivas en los centros a todos sus alumnos escolarizados, ya que los padres así lo exigen, y está fundamentado en el derecho que tiene cualquier persona a recibir una educación de calidad, recogido en distintos cuerpos legales, e indicado desde 1948, en la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas, (artículo 26), derecho que se aplica al objetivo mismo de la educación inclusiva, como señala la UNESCO en numerosas ocasiones.